El necesario compromiso por una economía más sostenible, la escasez de suelo finalista con sus extensos plazos regulatorios, el envejecimiento y abandono de muchas viviendas del centro de las ciudades, el encarecimiento inmobiliario y la obligada normativa recurrente hacen que se deba apostar por la rehabilitación. Este es el verdadero proyecto de futuro en el que se debe involucrar el ámbito edificatorio.
La mayor parte del parque inmobiliario español es energéticamente ineficiente y necesita una profunda actualización para cumplir con los objetivos de emisión de CO2 nula en 2050, aunque lo lógico es que antes de eso puede ir renovándose de forma progresiva.
Aunque hasta la fecha la renovación de viviendas prácticamente se ha limitado a las inspecciones técnicas de edificios (ITE) impulsadas por los distintos ayuntamientos, el sector de la rehabilitación tiene una oportunidad única para desarrollarse
Se calcula que cerca de 220 millones de edificios de toda Europa han sido construidos antes de 2001, es decir, antes de que hubiera una normativa energética común, y necesitan una reforma para ser eficientes.
Según la Comisión Europea, la necesidad de una rehabilitación generalizada está clara. Por ello, la lista de áreas prioritarias para una intervención de fondos públicos y privados sin precedentes arranca con la llamada oleada de renovación inmobiliaria.
El Gobierno lanzará un plan de rehabilitación y restauración de viviendas de dos años que supondrá movilizar una inversión de unos 2.000 millones de euros, generando cerca de 220.000 puestos de trabajo, según las estimaciones del Ejecutivo. La iniciativa estaría vinculada al Plan de Inversiones y Reformas 2020-2022, por el que España canalizaría los fondos provenientes del fondo de recuperación que pondrá en marcha la Unión Europea una vez que los socios definan sus cantidades, plazos y condiciones. Aún no se sabe cuánto podría rascar el país de las partidas comunitarias, pero la cantidad se quedaría por sí sola muy lejos. Necesitaría, por ello, del impulso de la iniciativa privada para poder alcanzar la cifra esperada.
En la arista privada, más de 240 personalidades y organizaciones, públicas y privadas, se han adherido al manifiesto, ‘Por una recuperación sostenible’, una iniciativa que reclama a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados políticas económicas y sociales alineadas con la sostenibilidad y biodiversidad para salir de la crisis provocada por la Covid-19.En este sentido, los impulsores del manifiesto, Ecodes, el Grupo Español de Crecimiento Verde, SEO/BirdLife y particulares del Basque Centre for Climate Change (BC3), el Real Instituto Elcano y la Universidad Politécnica de Madrid señalan que España es un país que reúne las condiciones idóneas para impulsar su economía y sociedad a través de directivas verdes, dado que existe un potencial desarrollo de las energías renovables, de la industria y de la eficiencia energética.
Para que tengan una calificación energética alta los edificios, la rehabilitación debe ser integral, ya que si no solo se alcanza una mejora de eficiencia leve, pero no hasta los niveles óptimos exigidos.
La rehabilitación abarata el gasto de las familias en energía, y crea un plus de valor económico para una vivienda rehabilitada con una eficiencia «A», diferenciándola de una sin reformar con una calificación «G».
Sirva de ejemplo un informe de la Asociación de Empresas de Servicios Energéticos (ANESE) que destaca, por ejemplo, el caso de la rehabilitación de un edificio residencial en el barrio de El Viso, en Madrid, que logró ahorros superiores al 30% gracias a medidas como la renovación central térmica, la instalación de válvulas termostáticas y la mejora de la iluminación LED en el garaje y las zonas comunes.
Desde el sector promotor, se está pidiendo al Estado voluntad política y la creación de un plan de actuación, así como un apoyo en temas de fiscalidad cuando se lleven a cabo este tipo de proyectos.
La financiación es la herramienta usual y necesaria para el desarrollo de estas operaciones de mejora y regeneración energética.
Existen, entre otros, planes y proyectos a nivel institucional público y privado:
- Público europeo, (Financiación de Eficiencia Energética con Fondos Privados F-PI; El proyecto BEEP, que tiene como objetivo fomentar el uso de BIM en la rehabilitación energética de edificios públicos de valor patrimonial) ,
- estatal (Plan de Vivienda 2018-2021, Actualización de la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España (ERESEE 2017)),
- comunidades autónomas y
- local, precisamente este jueves 18 de junio, han entrado en vigor las nuevas ayudas a la rehabilitación para la ciudad de Madrid del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, conocidas como ARRUR. Además, el Área de Vivienda acaba de aprobar Adapta 2020, dotado con tres millones de euros, que financiará las obras de aquellos vecinos de la capital con algún tipo de discapacidad de movilidad o sensorial que necesiten reformar su casa para mejorar su calidad de vida. Asimismo, próximamente se aprobará el plan Rehabilita 2020, dotado con 15 millones de euros, que incluirá amplías líneas de rehabilitación (mejora de fachadas y estructuras, eficiencia energética, retirada de amianto…) para edificios de toda la capital. Y por supuesto,
- de origen privado (Hipotecas verdes, Préstamo para la Activación de Capital Ecológico en Edificios (e-PACE)).
Un ejemplo de esta tendencia lo tenemos en el sector hotelero. Así por ejemplo, ahora mismo en Madrid, ante la falta de suelo finalista, los operadores han decidido apostar por la rehabilitación de edificios emblemáticos de la capital. Trabajos que en alguna ocasión conllevan el derribo por completo del activo, aunque lo normal es que se respete la estructura de este. Estos son los casos de Canalejas, el edificio Plaza España o el palacete ‘La Imprenta’, que ejemplifican el cambio de tendencia.