El Banco de España ha publicado su boletín económico 2/2019, titulado “Evolución reciente del mercado de la vivienda en España”, en el que se revisa, en primer lugar, la evolución reciente de los principales indicadores de la actividad (inversión, transacciones, iniciación de obra nueva) y de los precios de la vivienda, desde una perspectiva agregada y desagregada, para pasar a analizar, con posterioridad, las condiciones financieras del sector. Finalmente, se describe de modo resumido la evolución reciente del mercado del alquiler.
Tras la intensa corrección registrada durante la crisis, la actividad del sector inmobiliario en España inició su recuperación a comienzos de 2014. Desde entonces, esta tendencia de mejora se ha observado en los indicadores tanto de cantidades como de precios. No obstante, hay que tener en cuenta que este mercado se distingue por una elevada heterogeneidad por la localización de los inmuebles, por el tipo de vivienda y por la nacionalidad de los compradores. El dinamismo reciente estaría reflejando, entre otros factores, la positiva evolución del mercado de trabajo, los reducidos costes de financiación en un contexto de crecimiento gradual de las nuevas operaciones de crédito destinado a la adquisición de vivienda.
Un encarecimiento provocado por el repunte del alquiler, que ha ganado peso sobre todo gracias a los jóvenes. Y la compraventa también avanza, pero la de los británicos cae un 26% por el Brexit.
Según se desprende del artículo los precios en Madrid y Barcelona ya superan los del estallido de la crisis. Aunque la tendencia es al alza en todo el país, en Madrid y Cataluña se han anotado las mayores subidas (del 49% y el 39%, respectivamente). Sin embargo, en otras regiones, como Extremadura y Castilla-La Mancha, el aumento ha sido del 8%. Además, según datos de Eurostat, el precio de la vivienda se ha incrementado un 6,7% en el cuarto trimestre de 2018, acumulando ya 19 trimestres consecutivos al alza.
El alquiler gana peso (ya representa el 16,9% de los hogares), sobre todo por los jóvenes, aunque la vivienda en propiedad sigue siendo la opción mayoritaria
El encarecimiento ha sido provocado fundamentalmente por el repunte del alquiler, que ha ganado peso: ahora representa el 16,9% de los hogares, mientras que en 2008 suponían el 14,2%. En esto han tenido mucho que ver los jóvenes de entre 16 y 29 años, porque la precariedad laboral supone una dificultad cuando buscan acceder a una vivienda. Eso sí, la vivienda en propiedad sigue siendo la opción mayoritaria.
La compraventa también avanza: las transacciones cerradas ascendieron a 550.000, un 10% más que en 2017, su nivel máximo en cinco años. Aunque, aún siguen estando un 37% por debajo de las 885.000 que se registraban de media anual entre 2004 y 2007. Los extranjeros también han aumentado la compra de vivienda, pasando de representar el 10% del total antes de la crisis al 16%, destacando los británicos (14%), aunque sus transacciones se han desplomado un 26% en los últimos dos años por el Brexit; les siguen los compradores de Francia y Alemania (8% del total cada uno), Rumanía y Marruecos (7% cada uno).
La recuperación del sector inmobiliario adelanta a la evolución económica: en los últimos cuatro años, la inversión se disparó un 45%, mientras el PIB sólo avanzó un 15%.
Conviene subrayar que la recuperación del sector inmobiliario adelanta a la propia evolución económica. La inversión en vivienda se disparó un 45% entre el cuarto trimestre de 2013 y el mismo periodo de 2018, pero en ese tiempo el PIB sólo avanzó un 15%. Concretamente, el año pasado alcanzó niveles próximos al 5,5% del PIB, en línea con la de los países europeos, aunque un 12% inferior a la de la etapa precrisis. Mientras que el resto de la inversión en construcción ha pasado de suponer un 9,4 % del PIB en 2006 a un 5,1% en 2018, tras una década de caídas.
La inversión vinculada a la construcción (verdadera productividad del sector) ha registrado una evolución menos dinámica que el resto de los componentes de la inversión, representando en 2017 en torno al 50% de su nivel anterior a la crisis. El reajuste de la inversión en vivienda, a pesar de la recuperación más reciente, se refleja en la normalización de su peso en el PIB hasta niveles próximos al 5 % del PIB en 2017, en línea con los países de nuestro entorno.
Fuente: Banco de España