La rentabilidad total de la vivienda, que resulta de la suma de los rendimientos del alquiler con la variación de los precios de la compraventa producida durante los últimos doce meses, se estableció a finales de 2018 en el 10,5%, según las cifras del Banco de España. Un porcentaje que supera ampliamente el ofrecido el año pasado por los bonos del Estado a diez años (1,4%), los depósitos de los hogares (0,1%) y el Ibex (-15%). No obstante, la rentabilidad de la vivienda también cayó en 2018 respecto al año anterior 2017, cuando se estableció en el 11,4%.
El Banco de España no es la primera institución que pone de manifiesto una desaceleración en la rentabilidad de la vivienda. En las últimas semanas, varias organizaciones han destacado que los rendimientos del alquiler están perdiendo terreno, lo que en realidad refleja una desaceleración de los precios.
Las cifras, según apuntan tanto tasadoras como consultoras, están motivadas por una desaceleración de los precios del alquiler en las grandes ciudades que ya llega a ser caída en el caso de la Ciudad Condal. Así, la rentabilidad del ladrillo parece haber tocado techo tras años de bonanza.
Algunos expertos dudan acerca de las medidas que vaya a producir el nuevo Decreto del Alquiler, sobre todo de si van a tener el suficiente impacto en ciudades como Madrid y Barcelona, sin que cause un problema en el resto de ciudades que gozan de una buena salud en el mercado de alquiler. Creen que va a generar cierta incertidumbre al pequeño propietario y que se debería de abordar el problema desde varios puntos y no sólo desde el punto de vista de cómo tratar los activos existentes. La Administración Pública tiene la obligación de crear una vivienda social a disposición de las clases sociales que tienen más difícil acceder a una vivienda, y de esa manera ayudar a regular el mercado con efectividad.
A pesar de esta tendencia, algunos expertos dudan acerca de las medidas que vaya a producir el nuevo Decreto del Alquiler, sobre todo de si van a tener el suficiente impacto en ciudades como Madrid y Barcelona, sin que cause un problema en el resto de ciudades que gozan de una buena salud en el mercado de alquiler. Creen que va a generar cierta incertidumbre al pequeño propietario y que se debería de abordar el problema desde varios puntos y no sólo desde el punto de vista de cómo tratar los activos existentes. La Administración Pública tiene la obligación de crear una vivienda social a disposición de las clases sociales que tienen más difícil acceder a una vivienda, y de esa manera ayudar a regular el mercado con efectividad.
En lo que respecta a la bolsa y las SOCIMI, debido a la recuperación económica en España, que fue especialmente fuerte de 2015 a 2017, proporcionó un mejor comportamiento a algunas como Merlin Properties y Colonial, pero desde el año pasado y según aseguran desde Morgan Stanley, “parece que estas firmas han perdido su brillo», y todo como es lógico, debido a un crecimiento de las rentas cada vez más suave por la madurez actual del ciclo. Las últimas previsiones recogidas por Bloomberg contemplan que la economía española crezca un 2,2% este año -frente al 2,6 de 2018-, un 1,9 en 2020 y otro 1,7% en 2021, con el desempleo estancado en el 12,8/12,7%. Y las socimis son de los valores, junto al consumo, más vinculados al ciclo y, sobre todo, al empleo.